El hecho de que el asesinato machista se publicite, como debe ser, mientras que la muerte de una persona trabajadora, hombre o mujer, apenas se de a conocer, no tiene que ver ni con el machismo, ni con el feminismo. Se debe a que la muerte en el puesto de trabajo muestra, inocultable, cómo el brillante y colorido escaparate de la sociedad capitalista se nutre, como el más depredador de los vampiros, de la vida y la salud de quienes lo construimos cada día. Todo ello a mayor gloria de los criminales de cuello blanco que se sientan en los consejos de administración de bancos y multinacionales.

796 muertes en accidentes de trabajo en 2024, 30.000 en los últimos 30 años
El hecho de que el asesinato machista se publicite, como debe ser, mientras que la muerte de una persona trabajadora, hombre o mujer, apenas se de a conocer, no tiene que ver ni con el machismo, ni con el feminismo. Se debe a que la muerte en el puesto de trabajo muestra, inocultable, cómo el brillante y colorido escaparate de la sociedad capitalista se nutre, como el más depredador de los vampiros, de la vida y la salud de quienes lo construimos cada día. Todo ello a mayor gloria de los criminales de cuello blanco que se sientan en los consejos de administración de bancos y multinacionales.